jueves, 20 de noviembre de 2014

IIIIIIIscoooo IIIIIiscooooooooo

Este último mes y medio ha venido marcado en cuanto a actualidad se refiere por la explosión de Isco dentro de la primera plantilla. Gracias a la lesión de Bale el malagueño ha gozado de la oportunidad que tan bien ha sabido esperar y la ha aprovechado como debía. Vamos a fijarnos en el fenómeno que el jugador ha desatado tanto en el Madrid como en el fútbol español.

En primer lugar, parece que Isco por fin ha encontrado su sitio en el esquema, curiosamente el mismo esquema que le ponía las cosas tan difícil la pasada temporada, cuando pasó de ser titular en el 4-2-3-1 jugando liberado en la mediapunta a quedarse sin hueco en el 4-3-3 con el que Ancelotti encontró solidez para el equipo.
La salida de Xabi en agosto hizo que fuera necesaria una nueva reestructuración a nivel táctico, y Carlo fue capaz de encontrar de nuevo con la tecla, con un 4-4-2 sustentado en el buen trabajo de la pareja Kroos-Modric, que también parecía dejar a Isco sin hueco. Todo esto cambia con la lesión de Bale, que le abrió las puertas de la titularidad al 23, una titularidad llena de dudas ya que le situaban en una posición que a priori no era la suya, escorado en banda y lejos del balón.
Aún así el malagueño ha sabido interpretar a la perfección su papel en este nuevo esquema, aportando desborde con su indiscutible calidad técnica, control del juego asociándose con la pareja de mediocentros y facilidad para dar pases decisivos. No es un jugador de banda al uso como podría ser Bale, si no que se mueve con cierta libertad por el frente de ataque, interpretando muy bien el juego y adaptándose a lo que requiere la jugada.

Pero además de encajar en el sistema ofensivo (tarea más fácil debido a su calidad) lo que de verdad ha hecho a Isco ganarse el puesto en el equipo ha sido el cambio de actitud. Durante toda la temporada pasada dejó muestras de que su calidad técnica es indiscutible, pero siempre parecía algo fuera del partido, tanto en continuidad en el juego como en esfuerzo defensivo. Este es el cambio que más se nota en el malagueño, al que se le ve mucho más sacrificado en defensa (tarea imprescindible para los interiores del 4-4-2) y también mucho más implicado en el juego, sin esperar a que le llegue el balón en 3/4 y ofreciendo apoyo a la salida de balón.

Estos factores han llevado a Isco a ganarse una titularidad y una atención de afición y prensa más que merecida, aunque algunas veces un tanto excesiva. Pero una vez más parece que la propia prensa no es capaz de aceptar la falta de problemas en el Madrid y ha buscado uno donde no lo hay: Ahora se intenta crear un debate bastante artificial sobre si Isco o Bale, toda vez que el galés está denostado por la prensa a pesar de ser un jugador decisivo la temporada pasada, o a meterle con calzador en el 11 en una posición que le perjudicaría bastante (cubriendo la lesión de Modric). Esto a su vez ha llevado a cierta parte de la afición a infravalorar los méritos de Isco, como oposición a este debate (algo parecido a lo que pasa con Casillas pero minimizado). En defensa del jugador cabe decir que de sus declaraciones se desprende que él lo tiene muy claro, tanto cuando era suplente como ahora que está en la cresta de la ola ha mirado por el bien del equipo, y parece claro que su objetivo es triunfar en el Madrid, no en la prensa (como dejó claro en su última entrevista en la radio).

Por tanto como madridista mi opinión es que disfrutemos de un magnífico jugador que parece que por fin ha sabido tomarle la medidad al club, sin que eso nos impida disfrutar también de sus compañeros y rivales por el puesto (Bale o James) y es que la temporada es muy larga y sin duda habrá minutos para todos, y estados de forma diferentes, por mucho que para algunos esto tenga que ser el Madrid de Queiroz, con 11 titulares y Solari. Y es que ¿Desde cuándo ha sido malo tener una plantilla con alternativas en forma y jugadores implicados?

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