lunes, 17 de agosto de 2015

El nuevo contrato vitalicio

Febrero del 2008, el Madrid anunciaba la extensión "vitalicia" de los contratos de Raúl y Casillas en una muestra más de la inutilidad de Ramón Calderón. Con el paso del tiempo estos contratos demostraron ser una losa a nivel deportivo e institucional del, alargando más de lo necesario las carreras de ambos jugadores, que acabaron convertidos, con mayor o menor tolerancia por su parte, en armas arrojadizas contra el club. Entre los partidarios de Florentino se ha defendido, con razón, que en este tema tenía las manos atadas por la herencia recibida (ese concepto tan de moda en España) y que ha tenido que solventar estos marrones como mejor ha podido, situación de la que los jugadores se han aprovechado para llevarse una buena cantidad de dinero (como es su derecho) sin perdonar nada al club de sus amores.

Dijo Florentino al inicio de su nuevo mandato que había aprendido de los errores del pasado, pues bien parece que sólo ha aprendido de los errores propios haciendo bueno el dicho de que nadie escarmienta en cabeza ajena, puesto que no han pasado ni dos meses desde que el club se libró de la última rémora que dejó Calderón cuando hemos vuelto a lastrarnos con un nuevo contrato vitalicio. Esta vez a cargo de Sergio Ramos.

Más allá del tema sentimental (10 años en el club, héroe de la Décima y demás argumentos que los reneítos se han encargado de machacar) en lo deportivo es una gestión espantosa, renovar a un jugador de 30 años durante 5 temporadas más ampliándole un 25% de un sueldo que ya era elevado (de 6 a 8,5 netos, sin contar variables), cuando en sus 10 años de carrera en el Madrid ha firmado únicamente dos temporadas completas a nivel élite, y ha sido responsable directo de varios fracasos deportivos. Económicamente la decisión tampoco parece muy acertada si tenemos en cuenta que los ingresos que Ramos genera por publicidad están bastante alejados de las cantidades que generan otros compañeros en su mismo escalón salarial, por lo que el sevillano no "se pagará" un porcentaje tan alto de su ficha como en otros casos. Tampoco parece una gran decisión institucional, puesto que viendo la actitud del propio jugador, expresada por medio de su hermano René y de su corte de palmeros periodistas, los "reneítos", liderada por Manolo Lama, ha sido la de mantener un pulso constante con el club, amagando con pegar la espantada con dirección Manchester e intentando echar a la opinión pública encima del presidente; todo esto transmite el mensaje de que los jugadores pueden echar pulsos al club y salir victoriosos, incluso cuando es el Madrid el que está en una posición de fuerza.

Todos estos motivos son los que convierten la renovación de Ramos (al que recordemos quedaban dos años de contrato) en uno de los mayores errores de Florentino en su segunda etapa, por más que se quiera establecer distancia entre esta decisión y la tomada por Ramón Calderón en su momento, y de la que nos ha costado 7 años librarnos. Sólo me queda desear estar equivocado, y que Ramos cobre cada año el millón y medio en variables de su contrato, puesto que signficará que se han ganado títulos, pero me temo que más pronto que tarde estaremos lamentando el día en que cedimos a los chantajes de otro capitán que se creyó por encima del escudo al que dice representar.

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